Gimeno Sendra, miembro de una de las tres subcomisiones nombradas por el Ministerio para la elaboración del borrador de la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, acudió ayer a su segunda visita al CEU, donde ya habló de la Ley de Juicios Rápidos. ¿En qué debe consistir la reforma penal que propugna
Este es un tema que se hace eterno porque la Ley de Enjuiciamiento es de 1882; es decir, tiene un siglo y cuarto, pero la justicia penal española continúa siendo la «Cenicienta» de la justicia. Es necesaria una profunda reforma porque no son suficientes las reformas parciales que se han llevado a cabo pues a corto plazo se revelan contraproducentes. ¿Puede poner un ejemplo
La Ley de Enjuiciamiento Rápido ha supuesto un buen avance porque ha venido a paliar la inseguridad ciudadana callejera, pero, por contra, los juzgados se dedican sólo a la pequeña delincuencia, robándole energías a la lucha contra la gran delincuencia de cuello blanco, a la corrupción política, que requiere una mayor atención por parte de nuestra justicia penal. En su opinión, ¿cuáles son los males de la justicia penal?
Sobre todo su extremada lentitud, su ineficacia y su carácter inquisitorio y lo digo porque es incluso poco irrespetuosa con el derecho de defensa pues responde a postulados del siglo XIX del tipo «quien la hace la paga». ¿Cree usted que en España el culpable de un delito tiene su castigo?
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