Cinco parejas de cigüeña negra, de las 61 que existen en Castilla y León, han conseguido que el Tribunal Superior de Castilla y León haya vetado la construcción de «Ciudad del Golf», un gran complejo urbanístico con 1.600 viviendas, cuatro campos de golf y un hotel en un paraje ecológico de las Navas del Marqués (Ávila).
A pesar de esta sentencia se ha procedido a la tala masiva de cientos de árboles.
Los empresarios tienen los medios y el capital; los políticos de entidades locales tienen el poder: el poder de recalificar terrenos. Mediante esta ecuación, media España -especialmente la costa ha vivido un boom urbanístico que ha llevado a algunas localidades originalmente pequeñas a convertirse en marabuntas acabando con la Naturaleza que las rodeaba. Tras la costa, son nuestras montañas las que están en peligro, algunas de ellas incluso con calidad de espacio natural protegido.
El ejemplo contrario de lo sucedido en Ávila lo encontramos en Alicante. Las cementeras son una de las industrias más contaminantes. Una norma de 1984 obliga a estas empresas que pongan en marcha un plan de restauración para garantizar la recuperación ambiental de las zonas afectadas. Y eso es precisamente lo que ha hecho una de estas empresas, pero con una idea original. Hasta ahora la solución fácil era plantar pinos, que no requieren mayores cuidados. Pero la cementera Cemex ha decidido poner en marcha una experiencia pionera a través de la recuperación de los terrenos que explota con la plantación de frutales, así además de la obligada recuperación ambiental de las zonas afectadas ha encontrado un nuevo negocio: la producción de vinos y el cultivo de frutas.
Visto en El Blog de Forestman