El conseller de Territorio, Esteban González Pons, revolucionó ayer el debate de totalidad del proyecto de ley reguladora de los campos de golf con otro anuncio efectista. En la presentación del texto, González Pons ofreció a la oposición negociar una enmienda de Esquerra Unida que propone que no se autoricen proyectos urbanísticos con campos de golf hasta la aprobación, por parte del Consell, de un Plan Estratégico sobre este deporte que fije cuántas instalaciones se necesitan en un horizonte de 15 años y dónde deben estar. Es una moratoria, término satanizado por los populares, y quizá por ello el conseller quiso «aclarar» que no lo considera así «en ningún caso», ya que, «decir que se establece una moratoria sería muy dañino para nuestros intereses turísticos; simplemente es una cautela regional a las ya incluidas en la ley».
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