La economía del Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX) salió doblemente fastidiada con los pagos a la empresa Midway International en relación con el concierto que Julio Iglesias ofreció en México DF, en abril de 1999, el que cerraba la gira de seis para promocionar presuntamente los productos valencianos en el mundo. Primero porque el IVEX pagó 980.321 dólares por la organización del espectáculo musical, cuando la firma irlandesa no gastó un centavo ni dedicó un segundo a aquel montaje, según se desprende de la documentación entregada recientemente por el ex delegado del organismo público en México, Vicente Sendra Aparisi. Pero, en segundo lugar, las cuentas del instituto ni siquiera tuvieron el alivio de beneficiarse de la preceptiva deducción fiscal por unos gastos que se hicieron dentro del capítulo de promoción exterior, exactamente la actividad que le es propia al IVEX. Porque los pagos se hicieron. Concretamente, en nueve cheques de Bancaja emitidos entre abril y mayo de 1999. Lo que no está nada claro es que esos pagos respondieran a servicios efectivamente prestados por Midway. Por eso, la Agencia Tributaria no aceptó que el IVEX se dedujera fiscalmente esos 980.321 dólares (cantidad equivalente a 163.413.345 pesetas al cambio de la época), por falta de justificantes que demostraran que los trabajos cobrados se hicieron.
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