La cosa está clara: la entidad privada Sociedad Deportiva Valencia CF quiere construir un nuevo estadio en una parcela de suelo público, situada en la avenida de las Cortes Valencianas, para lo cual el Ayuntamiento de Valencia deberá proceder a su recalificación. Los costes de ese nuevo estadio, la citada sociedad deportiva quiere obtenerlos de la edificación en el terreno del actual campo de Mestalla. El importe del nuevo estadio está cifrado en 200 millones de euros. Los beneficios que obtendría por el Valencia serían de unos 300 o 500 millones, lo que le permitiría sufragar los costes del nuevo estadio y embolsarse, en efectivo, entre 100 y 300 millones. No es mala operación. Claro que, para ello, necesita la colaboración del Ayuntamiento. Primero, para que proceda a la recalificación del suelo en la avenida de las Cortes Valencianas. Y segundo, que se le permita por el Ayuntamiento una edificabilidad adecuada en los terrenos del actual Mestalla. Adecuada para que al presidente de la Sociedad Deportiva Valencia CF, Juan Soler, no le fallen sus cálculos. Cálculos que son estos: 89.380 metros cuadrados para construir 750 viviendas y una gran área comercial. Para esto se tendrían que incluir las calles adyacentes al actual campo de fútbol, si el Ayuntamiento se lo permite. ¡Por favor! ¿Cómo se va a negar doña Rita Barberá a que se lleve a cabo este pelotazo patriótico?
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