El concierto que Julio Iglesias ofreció en el Auditorio Nacional de México, el 10 de abril de 1999, se montó para compensar la ausencia injustificada del cantante a la feria del calzado de Las Vegas (Las Vegas Western Shoe Fair), compromiso que tenía adquirido en el contrato firmado con el Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX).
Este recital fue el último de la gira y su montaje tenía que salir gratis total, en virtud del acuerdo que rubricó el ex delegado del organismo público en México, Vicente Sendra, con la empresa Rac Producciones. De este modo, ésta asumía los costes de organización a cambio de que el IVEX le cediera los derechos del artista y la explotación del espectáculo cobrando entrada.
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