jueves, junio 22, 2006

El PP no se fía ni de la policía


El Partido Popular ya no se fía de nadie. Ni siquiera de un reducido grupo de miembros del Cuerpo Nacional de Policía que supervisan los monitores de las cámaras de vigilancia del Congreso. Los diputados de la oposición no están a gusto con los pequeños artilugios que les han colocado para controlar el pasillo que divide sus despachos. Son los mismos aparatos que tienen los demás grupos, pero ellos no los quieren. Las cámaras están en el edificio nuevo, cuyo plan de seguridad fue aprobado en 2003, antes de que José Luis Rodríguez Zapatero llegara a La Moncloa.

El PP, un partido que perdió el Gobierno y la presidencia de la Cámara hace sólo dos años, ha optado por la desobediencia civil. La semana pasada presentó un escrito para que la Mesa les quitara esas cámaras. Mientras se tramita esa petición, un grupo de diputados decidió resolver la cuestión por las bravas. Se subieron a unas sillas -un momento que está grabado, como casi todo lo que sucede en la Cámara- y colocaron unos sobres grandes para tapar la visión de las cámaras. Y allí seguían ayer esos envoltorios, ya que la policía, sorprendida por esta protesta tan directa, aún no los ha retirado.

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