La actividades de la plaza de toros de Benidorm están en suspenso desde hace dos meses debido a las desavenencias entre el gobierno local del PP y el adjudicatario del coso taurino, Juan Reverte SA. Las discrepancias entre las partes culminaron el 29 de julio, tras un concierto del cantante Bryan Adams y cuando todavía no se había estrenado el cartel taurino de verano. El fondo de la polémica es el beneficio generado por las barras y bares durante el concierto, organizado por otra mercantil, la firma Mundosenti2.
El edil Luis Ángel García culpa al ex concejal José Amor, -cargo de confianza del alcalde en esta legislatura- como máximo responsable por dejación de funciones del primer edil, Manuel Pérez Fenoll. Amor es por delegación de alcaldía el responsable del área de Grandes Eventos que agrupa el Festival de la Canción y Grandes Conciertos que, a través de otra empresa concesionaria, Mundosenti2, celebró el concierto de Bryan Adams que detonó el cierre y provocó que el alcalde anunciara que estudiaría emprender acciones legales contra el empresario por el perjuicio causado a la imagen de Benidorm.
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