Esperemos que algun dia a la herida abierta en nuestra tierra le salga costra para mas tarde cicatrizar y luego desaparecer definitivamente junto con los que la hirieron.
viernes, junio 09, 2006
El aliento avinagrado de Acebes
Estimados amigos,
Aunque bien pudiera parecer que es un guiñol, Acebes existe. Es de carne y es de hueso. Desconocemos el color de su sangre y el drenaje de sus riñones pero sabemos a ciencia cierta que Acebes respira y que Acebes anda. El Señor en cuestión es éste de la fotografía ¿Qué me dicen de él? Fijense en esa postura de cura franquista cargado de odio y rencor, esa predisposición al permanente vómito tan característica de los demócratas de centro reformista. ¿No les molesta la foto? A mí sí. Si me acerco a la imagen me pongo nervioso. Es como si de esa boca saliera un insoportable aliento sobrecargado, un penetrante olor a vinagre caducado que me revuelve en mi silla.
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