En marzo, el intenso viento ayudó a que las llamas quemaran 15 hectáreas en la emblemática montaña de la Moleta, en l´Atzúvia. Ya en agosto, un nuevo incendio calcina cerca de 10 hectáreas en el paraje conocido como l´Ombria, en el mismo municipio. Pero, sin duda, el incendio más devastador del verano fue el que arrasó 300 hectáreas de monte bajo y pino en la Serra del Mirant, entre la Vall de Gallinera, l´Atzúvia y Villalonga. Después, se quedó, afortunadamente, sólo en un susto, un conato de incendio registrado a mediados de octubre entre Pego y l´Atzúvia. Finalmente, las llamas volvieron a prender el pasado domingo en la montaña de Gelibre, entre Gallinera y l´Atzúvia. Se quemaron 3 hectáreas.
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